En(T/C)errados
Una película de confinamientos…
Una película de confinamientos…
Presentación oficial de la obra «Micro sins» en la Fundación Antonio Gala. Viernes 16 de julio de 2021.
Dedicado a todas mis pandemias…
Presentación propia para la plataforma de streaming Planeta Gala de la Fundación Antonio Gala.
Felices fiestas, hitos de puja.
Aquí lo tenéis, un recopilatorio de canciones herejes que aún no habían sido publicadas en formato CD de odio. Un total de 23 canciones pestosas, incluyendo todas las correspondientes a nuestros famosos vídeos de felicitación navideña, colaboraciones con coleguitas, temas haiku y cosas que se grabaron en un rato para la coña.
Aquí lo puedes descargar para tu uso y usufructo.
Vamos a incordiar la navidad, chavalotes.
Queréis la musiquilia? Aquí la tenéis para descargar:
Retomando un viejo artículo científico escrito en el año 1986:
Vivimos en una sociedad en la que lo que viste y da prestigio es la cultura. Los incultos son tachados de ignorantes, analfabrutos, imbeciloides y demás calificativos poco amistosos.
Para combatir la incultura personal e intransferible hay que aprender. Aprender todo tipo de cosas: saber leer en las líneas de la mano, comprender y hablar el batusi, conocer perfectamente el Kama-Sutra, e incluso las feministas pretenden que los hombres sepamos fregar los platos y barrer las camas.
Y el autor de este artículo, captando en los diversos estratos sociales la gran sed de saber que existe, contribuye a la cultura nacional con este artículo de tema muy en boga hoy en día, y en noche: la CUARTA DIMENSIÓN (chim!, pom!). Habiendo cursado sus estudios en los parvularios de Rambouillet y Hozfor, y tras haber obtenido el título del artículo se puso a escribirlo sin más. Y aunque parezca mentira (y lo sea!), el tema de este ensayo no es nada desconocido para el autor, ya que él mismo es un ser de cuatro dimensiones… sí, señores, y si no os lo creéis que baje su padre y lo vea.
A primera hora del mediodía, en un bullicioso parque de Wisconsin del Río, se ha alterado la rutina diaria de mangantes y gente de mal vivir con el descubrimiento de un difunto que, según declaraciones de la vieja del visillo, llevaba allí desde hace algo más de tres años. Todo ese tiempo sentado en el mismo banco y en la misma postura, aunque nunca nadie pensó en ningún momento en el estado del fallecido: «Parecía muy tranquilo» declaraba un viandante.
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